Los 5 fallos comunes con el aire acondicionado
La conducción en verano con altas temperaturas puede llegar a provocar síntomas similares a los de tasas de alcoholemia de 0’5 gr/l en sangre. Tener una temperatura interior de 35ºC así lo provoca y las reacciones serán un 20% más lentas que en un conductor con 25ºC en el vehículo. Es por ello que la ventilación del vehículo y el uso del aire acondicionado cobra una importancia fundamental para lo que se deberán evitar hasta cinco errores comunes en su utilización.
1. Aire al máximo
¡Hasta 60ºC! Esa es la temperatura interior de algunos vehículos aparcados al sol en tiempos estivales. Por ello, lo más común tras entrar al coche es probar la potencia máxima del aire acondicionado en su posición de frío. Actitud que dista bastante con las recomendaciones de los expertos: Abrir las puertas y ventanillas, ventilar el habitáculo durante un minuto para rebajar la temperatura interior y después encender el aire acondicionado. Una vez se haya hecho esto, cerrar puertas y ventanillas para que en una media hora se alcancen los 25ºC óptimos.
2. Difusores
La colocación de los difusores es fundamental. Y sí, todos hemos sentido esa sensación de agobio inicial. Pero ponerte el aire en la cara no es bueno ni para la salud ni para la refrigeración del coche. Que los difusores se pongan hacia arriba ayudaran a que se reparta el aire por el coche y llegue a todos los pasajeros uniformemente.
3. Recirculación
Poner el botón de recirculación facilita el empañamiento de los cristales. Por lo que, siempre y cuando el coche lo permita, se recomienda que se ponga la opción “Auto” para que el flujo de aire se autorregule y se maximice la eficiencia.
4. No activar el aire
Así es, aunque parezca contradictorio. En esos momentos en los que no hace tanto calor se recomienda utilizar el aire para evitar que posteriormente los cristales se empañen cuando suban las temperaturas.
5. Mantenimiento
El último y no menos importante. Porque el aire acondicionado es el gran olvidado del mantenimiento de los coches. Y su importancia es idéntica a la de aceite, neumáticos o líquido de frenos. Por lo que se recomienda un cambio de filtros cada 15.000 o 20.000 kilómetros.