Guía para saber cómo llevar los neumáticos correctamente
Los neumáticos son quizás el elemento que más importancia puede cobrar en el vehículo por el simple hecho de ser el único elemento que se encuentra en contacto con el suelo. La revisión periódica, una vez al mes mínimo, se antoja fundamental. Del mismo modo que antes de arrancar por si hubiera cualquier anomalía. Para evitar algún susto e incluso algún accidente es clave saber cuándo cambiarlos.
¿En qué debemos fijarnos?
La presión de inflado
La comprobación se debe realizar con neumáticos fríos y la presión varía según el modelo del coche. Para ello se deberán seguir sus indicaciones y no tener una desviación superior a +/- 0’3 bar. En caso de que no sea correcta la presión, aparecerán estos problemas:
- Riesgo de reventón.
- Pérdida de adherencia.
- Desgaste del neumático por el centro y por los laterales.
- Deterioro de la suspensión.
- Aumento del consumo.
Puedes consultar la presión requerida en tu vehículo aquí.
El dibujo
Siempre, el dibujo o huella del neumático, deberá tener una profundidad superior a 1,6 milímetros. Bien es cierto que este es el límite legal y que realmente, lo recomendable, es nunca disminuir los 2 milímetros. Los riesgos de sufrir aquaplanning aumentan considerablemente cuando la profundidad no es la requerida.
Caducan y tienen vida útil
Todas las ruedas tienen una caducidad de 5 años. Por ello, se deberá consultar la fecha de fabricación. Asimismo, al observar la misma, puede verse si tiene grietas en los laterales o ranuras. Este será un síntoma inequívoco de que se deberán cambiar las ruedas. Su vida útil termina cuando aparecen estos cortes, grietas o bultos y cuando el dibujo no cumple las características necesarias.
Todas las ruedas deben ser iguales si se cambian. En caso de que sea necesario mezclarlas, deberán ser iguales en cada eje. Montar neumáticos más anchos influye en el consumo de combustible negativamente, perjudica a los frenos, suspensión y dirección.
